AEROLÍNEAS
Multa de más de 200 millones a British Airways por el robo de datos a clientes
Un hackeo desvió a los clientes a una página en la que se quedaban los datos de sus tarjetas
AGENCIAS
La Oficina del Comisario de Información (ICO), organismo independiente que regula la protección de datos en Reino Unido, ha propuesto una multa de 183 millones de libras (204 millones de euros) a la aerolínea British Airways (BA), parte del grupo aéreo IAG. La sanción sería la mayor en la historia impuesta por el ente regulador.
La sanción está relacionada con el robo de información personal y financiera de los clientes de su página web y de la aplicación móvil de la aerolínea entre el 21 de agosto y el 5 de septiembre de 2018. En su día, BA había indicado que hackers habían llevado a cabo un “ataque criminal malicioso y sofisticado” contra su página web. Consiguieron desviar el tráfico de la web oficial a una página en la que se recogían los nombres de los clientes, sus itinerarios y sus tarjetas de crédito.
El regulador entiende que British Airways demostró tener pobres medidas de seguridad, lo que permitió el robo de datos de 500.000 clientes. “La ley es clara, cuando estás comprometido con datos personales, tienes que cuidar por ellos”, planteó Elizabeth Denham, de la ICO.
Sanción
La aerolínea, que apelará, está “sorprendida y decepcionada”
La aerolínea –integrada en International Consolidated Airlines Group (IAG) junto con Iberia, Aer Lingus, Vueling y LEVEL– indicó en una nota que está “sorprendida y decepcionada” por la sanción, que apelará.
El presidente de BA, Alex Cruz, señaló que la aerolínea respondió rápidamente a un “acto criminal de robar datos de los clientes. No hallamos evidencias de fraude/actividad fraudulenta en las cuentas vinculadas al robo. Nos disculpamos con nuestros clientes por cualquier inconveniente que este evento causó”.
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, señaló, por su parte, que la aerolínea presentará los recursos que sean necesarios contra esta multa, para lo que tiene un plazo de 28 días.
La pena propuesta equivale al 1,5% de la facturación mundial de BA en el año financiero que terminó el 31 de diciembre de 2017.
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Comparte en Facebook Comparte en Facebook Blanca Gispert, Barcelona 08/07/2019 02:13 | Actualizado a 08/07/2019 03:05 Cada vez son más los que apuestan sus ahorros en capital riesgo. Ya sea a través de fondos o a título individual, invierten el dinero en start-ups con el objetivo de que multiplique su valor con el tiempo. Las start-ups son empresas con un alto potencial de crecimiento y, si evolucionan según lo previsto, los inversores pueden obtener rentabilidades altísimas en pocos años. Aunque no siempre lo hacen. Lo habitual es que una operación de cada cinco reporte beneficios y que sólo una entre centenares sea un éxito. Es el riesgo que asumen los inversores y que cada vez atrapa a un mayor número de ellos. Sucede especialmente en los mercados más desarrollados: Europa, Asia y sobre todo, Estados Unidos, el país de referencia también en este tipo de inversiones. Los datos lo demuestran. Nunca antes el capital riesgo había abrazado tanto dinero como ahora. Estados Unidos batió el récord en el 2018, con casi 100.000 millones de dólares invertidos en este tipo de operaciones, superando las inversiones del año 2000, en plena burbuja de las empresas puntocom, según apunta el informe de PwC, Money Tree Report 2018. En Europa, la inversión en capital riesgo también se supera año tras año. En el 2018, logró los 21.000 millones de dólares (unos 18.000 millones de euros), un 14% más que el año anterior. En menor medida, lo mismo sucede en España, que en el 2018 captó 1.400 millones, un crecimiento del 20% respecto al 2017, según la consultora británica Dealroom.co. La Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) publica una cifra menor, de 505 millones de euros en el 2018, más baja incluso en el 2017, porque no tiene en cuenta el capital comprometido a futuro ni las grandes rondas de 130 millones de Cabify (se contabilizó a efectos del 2017) ni la ronda de 430 millones de Letgo (que trasladó su sede a EE.UU.). Varios motivos explican esta tendencia al alza tan generalizada, apunta Luis Martín Cabiedes, inversor y profesor del Iese. “El primer motivo es el exceso de liquidez en los mercados: hay demasiado dinero en circulación debido a las políticas expansivas de los últimos años. El segundo motivo radica en los bajos tipos de interés y en que el capital riesgo ofrece la posibilidad de obtener mayores rentabilidades. El tercer motivo es la tendencia que tienen las start-ups en fase madura de retrasar al máximo su salida a bolsa, lo que provoca que el sector privado (frente al público, la bolsa) concentre más dinero. Los recientes casos de las compañías estadounidenses Uber y WeWork son los ejemplos paradigmáticos”. (Uber, que nació en el 2010, sumó más de 20.000 millones de dólares antes de su debut en el parquet). Quien experimenta esta tendencia con mayor intensidad es, sin duda, Estados Unidos. Empezó primero en este sector (en los setenta, con las tecnológicas de Silicon Valley) y goza de la economía más fuerte del mundo. “El sector del capital riesgo ha evolucionado mucho. Antes, se concentraba en la Costa Oeste, en Silicon Valley, pero ahora se ha expandido por todo el país. Nueva York se ha convertido el segundo punto de atracción de capital riesgo, y ciudades como Atlanta, Detroit o Austin están empezando a despuntar”, comenta el inversor Charles Torres, socio de un fondo neoyorquino, Perkins Coie, que se encuentra de visita en Barcelona. “Cada vez hay más fondos y más dinero para invertir en start-ups. Las valoraciones de las empresas, y por tanto, las inversiones, se han hinchado por encima de valores razonables. El capital riesgo vive una burbuja en Estados Unidos”, coinciden tanto Torres, Cabiedes así como otras fuentes consultadas del sector. “Consecuencia de ello es que, como hay demasiado dinero, Europa se ha convertido en un objetivo para los fondos estadounidenses. Y aún más si estos operan desde la Costa Este, que por tradición y proximidad geográfica siempre han tenido más tendencia a mirar hacia Europa. Es algo que no sucedía hace cinco años. En el Viejo Continente, encuentran inversiones a precios más asequibles y con posibilidad de ser rentables”, señala Torres. Para Joaquín Rebuelta, socio del fondo de inversión madrileño Kibo Ventures, no es tanto que las inversiones en Europa sean más asequibles sino que en Europa –Reino Unido, Alemania, Francia y más de lejos, España– está generando talento y negocios con proyección global. “Si vienen aquí es porque hay ideas buenas, sino no vendrían, por mucho que las valoraciones sean más asequibles”, razona. “También influye el factor China. El ambiente hostil que se ha creado al invertir en el gigante asiático ha provocado que Europa capte más dinero”, comenta Cabiedes. La elevada liquidez, las rentabilidades y los retrasos de salidas a bolsa impulsan el sector Los datos confirman esta tendencia. Según el informe de la consultora de Dealroom.co, la inversión estadounidense en el Viejo Continente se ha disparado un 67% del 2013 al 2018, de los 2.200 millones a los 6.600 millones de euros. En lo que va de año, los fondos estadounidenses ya han aportado 3.800 millones en start-ups y la previsión este año es que se superen los 7.000 millones. Entre los principales inversores se encuentran macrofondos, como Sequoia, General Atlantic, Accel Partners o General Catalyst. Realizan inversiones significativas en empresas que ya están en fases avanzadas. “A Europa, no vienen fondos pequeños ni mucho menos family offices. Este tipo de inversor realiza operaciones locales, quiere conocer la start-up y el ecosistema de cerca. Por eso, los inversores estadounidenses solo saltan el charco cuando el modelo de negocio de la start-up ya se ha consolidado”, añade Torres. La tendencia, coinciden todas las fuentes consultadas, es que cada vez la inversión en Europa sea más norteamericana y en general, más internacional. Aunque la inversión asiática en el continente esté muy por debajo, también muestra síntomas de crecimiento este último año. Compañías asiáticas como Softbank, Tencent, Foxconn o Rakuten están ganando terreno. Este 2019, Dealroom calcula que los fondos asiáticos de capital riesgo han invertido en Europa un total de 2.100 millones y su previsión es que la cifra se duplique al finalizar el año. En el 2018, el 45% de la inversión en start-ups europeas vino de fuera del continente y todo apunta que significará más de la mitad más pronto que tarde.
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